Constreñidos por las limitaciones vigentes, el diseño se adapta: imaginamos y escenificamos un recorrido-espectáculo inmersivo donde los visitantes pueden pasear solos o en pequeños grupos.

La clave de la aventura es la narración, llevando a cada visitante mediante cascos autónomos cuyas secuencias se disparan según la posición de los espectadores en movimiento.

La historia se rejuvenece para ser accesible a la mayor cantidad de personas posible gracias al acompañamiento vocal de una guía a quien unos jóvenes "piratas de radios" desafían a lo largo del paseo.

Al caer la noche, el recorrido se transforma con proyecciones, luces y efectos especiales que ilustran la narración en tiempo real.

Una aventura fresca, impetuosa e increíble que (re)visita los códigos y reconecta la gran historia con las jóvenes generaciones para quienes lo mejor de la tecnología se pone al servicio de los contenidos.

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